de un escritor invitado: Cirilo Guillermo Lucero
Mi hermana Segismunda está que bufa. Le salen chispas por los ojos. Entró pateando el perro que estaba echado a la entrada de la puerta. Ni el gato se salvó; le puso con el bolso por las costillas, y el pobre pegó un salto y casi queda colgado del techo. No me animé a preguntarle por mis caramelos, así que le pregunté la causa de su enojo; me miró como vaca brava y me dijo: a usted que le importa mocoso de mierda. Le pregunté por preguntar porque yo se bien lo que le pasa. La Juliana, que vive acá al lado, le ha asegurado que su marido le pone los cuernos. Yo estaba atrás del cerco cuando se lo dijo. Pero me hago el sota aunque me diga mocoso de mierda, total, mientras me siga trayendo caramelos cuando está de buenas… Me imagino la que se arma cuando venga el Pedro. Pedro es su marido. Siempre se hace el bolu cuando ella lo encara con los celos.
Encontré en el cuento una vía para expresar mis fantasías, mis sueños y mis inquietudes. El cuento nos da la posibilidad de vivir, compartir, describir, sufrir y disfrutar situaciones que la vida real no nos otorga.
Iré guardando en los en los anaqueles de este almacén, aquellos cuentos que llegaron a mis manos a través de un libro, o por sugerencia de algún lector amigo y que por una u otra razón me conmovieron
Iré guardando en los en los anaqueles de este almacén, aquellos cuentos que llegaron a mis manos a través de un libro, o por sugerencia de algún lector amigo y que por una u otra razón me conmovieron
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jueves, 26 de mayo de 2011
La furia es un enojo exagerado
Etiquetas:
ARGENTINOS,
Cirilo Guillermo Lucero,
CUENTOS CORTOS
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