Encontré en el cuento una vía para expresar mis fantasías, mis sueños y mis inquietudes. El cuento nos da la posibilidad de vivir, compartir, describir, sufrir y disfrutar situaciones que la vida real no nos otorga.

Iré guardando en los en los anaqueles de este almacén, aquellos cuentos que llegaron a mis manos a través de un libro, o por sugerencia de algún lector amigo y que por una u otra razón me conmovieron

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lunes, 11 de octubre de 2010

Cómo saber

de un autor anónimo

Dicen que el desierto es el jardín del creador. Los animales y la vegetación escasean para que nada distraiga el pensamiento. Un beduino y su hijo caminaban apaciblemente por el desierto, mecidos por el ritmo de sus dromedarios, cuando el niño le preguntó a su padre:
-Papá… El cielo, ¿por qué es azul?
El beduino pensó durante un momento y respondió:
-Hijo mío, no lo sé…
Continuaron avanzando. Y entonces, de nuevo, el niño preguntó:
-Papá… Y la arena, ¿por qué es amarilla?
Y una vez más, el padre respondió:
-No lo sé.
Avanzaron un poco más…
-Papá… Y el mar, ¿por qué es azul?
-¡No lo sé!
El niño se preocupó:
-Pero papá, ¿te molesta que te haga tantas preguntas?
-No, hijo mío, al contrario –respondió el padre–. Debes hacer preguntas, si no, ¿cómo vas a saber?

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